Eso altera mi conciencia y, por tanto, el mundo que veo.
Si observas bien, cada salto nos lleva al punto donde lo dejamos en el anterior; hay un camino que nosotros, libremente, exploramos y lo importante es aprender de cada subida e intentar hacerlo lo mejor arriba y abajo. Nuestro proceso puede ser más tranquilo si, entre todos, nos ponemos de acuerdo y eludimos el miedo.